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Alimentación reactiva vs Alimentación proactiva

25 abril 2022

En esta entrada vas a descubrir las principales diferencias entre una alimentación reactiva (basada en la ignorancia y la inconsciencia) y una alimentación proactiva (fundada en el conocimiento y la consciencia). Entenderás por qué nuestra salud se ve gravemente afectada por nuestra reactividad en este ámbito. Por último, te llevarás 5 claves para ser más proactivo en tu alimentación y mejorar tu salud.

 

Alimentación reactiva

La mayoría de personas pensamos que la salud y la enfermedad son cuestión de suerte y de aleatoriedad. Y, en consecuencia de esta creencia, olvidamos por completo que la mejor manera de mantenernos saludables es poniendo consciencia, atención e intención en la manera de alimentarnos. Creemos que el Estado se va a encargar de nosotros e, inconscientemente, empezamos a externalizar la responsabilidad de nuestra salud. 

 

Alimentación proactiva

Tomar responsabilidad implica que nos hacemos cargo de nuestra salud de forma voluntaria, consciente y dirigida. Es decir, no esperamos a caer enfermos para cambiar de hábitos, sino que nos alimentamos con prudencia y precaución. Gracias a esto, aumentamos las probabilidades de mantenernos sanos en todos los niveles, nos vemos mejor físicamente y crecen nuestros niveles de energía y vitalidad, lo cual genera que rindamos mejor en todas las áreas de nuestra vida.

 

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5 claves para ser más proactivo en tu alimentación y en tu salud

 

  • Investiga sobre trofología

Por lo general no nos fijamos lo más mínimo en la manera en la que combinamos la comida que ingerimos. Sin embargo, nuestra digestión mejora o empeora en función de si los alimentos que comemos son compatibles o no. De esto se encarga la trofología, el arte de combinar alimentos para gozar de digestiones más ligeras, sanas y óptimas, lo cuál repercute en nuestros niveles de energía, salud y vitalidad.

 

  • La alimentación no es solo comida

Es fundamental tener claro que los seres humanos no solo nos alimentamos de comida. Consumir agua de calidad, tomar el sol y respirar conscientemente son maneras de nutrirnos que son indispensables si queremos disfrutar de una salud integral y completa. También la vida social, el ejercicio físico y la meditación son prácticas que nos ayudan a estar equilibrados mental y emocionalmente, lo que repercute en una disminución del estrés y, por tanto, en un sistema inmune más fuerte.

 

  • Si tu salud no te motiva, hazlo por tu economía

El contexto actual nos está indicando que el estado del bienestar tal y como lo conocemos no va a ser sostenible, y que la tendencia va a ser hacia la privatización. Así pues, si no queremos cargar con los altos costes de los tratamientos, más nos vale prevenir a través de una alimentación consciente y saludable.

 

  • Céntrate en lo que depende de ti

Date cuenta de que hay factores referentes a tu salud que no puedes controlar, pero que sí hay muchos otros que están en tu área de influencia. La alimentación consciente es una de estas variables que están a tu alcance. Trata de olvidarte de todo aquello que depende muy poco de ti, como la contaminación del aire, el sistema de sanidad pública o los nuevos avances científicos.

 

  • Prémiate por tus mejoras

Te recomendamos que te recompenses por tus avances. A tu mente no le gustan los cambios bruscos, así que prémiala cuando te lo hayas merecido. Puedes comer sano entre semana y reservarte el fin de semana para darte algún capricho. De esta manera, irás mejorando tu alimentación gradual y progresivamente. Piensa que esto no es una carrera de 100 metros, sino una maratón. Se trata de mejorar tu salud en el largo plazo.

 

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